EL ESPÍRITU DE BOLÍVAR:                                                                

Obra del genial escultor palentino, Victorio Macho.
Perteneciente al sepulcro de los familiares de Bolívar, que está en la Catedral de Caracas (Venezuela).
Figura simbólica del sepulcro de los Bolívar.
Hecha en 1951. Bronce.
102 cm de altura.

 

 

 

 

 

 

   El 22 de Julio de 1949, la Junta militar de gobierno venezolana hacía público en la gaceta oficial un decreto por el que disponía la construcción de un monumento funerario que honrara la memoria de los padres y de la esposa del libertador SIMÓN BOLIVAR. Se cumplía así uno de los deseos del propio bolívar, quien en 1827, en su última y triunfal visita a Caracas, solicitaba al Cabildo catedralicio la erección de un monumento sepulcral en la capilla de dicho templo donde reposaban sus tres grandes afectos familiares. 

 

   Ciento veintidós años después la iniciativa fue recogida por la Sociedad Bolivariana de Venezuela, que a través de su presidente honorario y consejero general, el doctor don Vicente Lecuna, entró en conversaciones con Victorio Macho para que éste se hiciera cargo de la obra que, por otra parte, sería la última que realizaría el artista en América.

 

   Tras ser confirmada su designación por decreto del gobierno, el escultor inició con su acostumbrado entusiasmo la ejecución de tan importantes sepulcros, cuyo costo fue evaluado por el propio artista en 85.000 dólares. En octubre de ese mismo año mostraba ya a la prensa en su taller de Lima, la maqueta del conjunto funerario, sepulcros que habrían de colocarse en una de las capillas del ala derecha de la catedral caraqueña, concretamente en la de la Santísima trinidad, en donde se hallaban sepultados los deudos de Bolívar.

 

 

 

 

 

   El artista dispuso que las tres marmóreas estatuas yacentes, algo mayores del tamaño natural, descansaran sobre un túmulo de granito gris pulimentado. A la izquierda situó la enérgica figura del padre, don Juan Vicente Bolívar, que viste atuendo militar y sostiene sobre su pecho la espada convertida en cruz. A la derecha, hallamos la espléndida estatua de la madre de Bolívar, doña María Concepción Palacios. Sobre su vientre, el escultor puso una simbólica corona de laurel, glorificando a la mujer que dio vida al Libertador. En medio de ambos y ligeramente elevada, se nos muestra la dulce y juvenil efigie de la esposa, María Teresa Rodríguez del Toro, cuyo rostro tiene una angelical expresión. A los pies de los tres bultos yacentes, a medio arrodillar surge uno de los logros más asombrosos del artista: un enjuto y expresivo desnudo en bronce, una figura que en difícil escorzo y dramática actitud (de hinojos y con los brazos tendidos sobre el túmulo) simboliza al Espíritu de Bolívar. Cuando se expuso el boceto de tan atormentada figura, su modernidad y desnudez suscitaron ciertas divergencias, juzgando algunos improcedente su colocación al tiempo que solicitaban su eliminación. Por fortuna se respetó la concepción original del artista, y hoy se puede admirar junto al sepulcro, este nervioso y patético espíritu bolivariano, sin duda uno de los grandes aciertos del escultor.

 

   Con respecto a los bustos yacentes, para evitar la monotonía y frialdad de un solo material, el artista prefirió combinar dos clases de mármol, con el fin de obtener bellos contrastes y diferentes tonalidades, tal como había hecho anteriormente en las estatuas de su hermano Marcelo y de su Madre.

 

   Y así, para los cuerpos y ropajes de los familiares del Libertador, el escultor utilizó mármol peruano, un mármol travertino de coloración ligeramente dorada, mientras que para los rostros y las manos emplearía un mármol de Carrara de la mejor calidad, un tipo de mármol sutil y transparente llamado “Saravessa”.

 

   En la cabecera del túmulo, el artista colocaría los escudos en bronce enlazados de los Bolívar, Palacio y Toro.

 

   Ante la carencia de iconografía sobre los tres familiares de Bolívar, Victorio Macho prefirió idealizar al máximo sus figuras, inspirándose en las bellas esculturas funerarias del Renacimiento. Especialmente es visible esta huella en las dos efigies femeninas a las que supo impregnar de extraordinaria nobleza y elegante clasicismo, acertando a expresar en ellas el sumo reposo de la muerte.

   La pureza y finura de los admirables rostros y de las prodigiosas manos, la suavidad y delicadeza del relieve en el mármol translúcido, así como la transparencia de las leves túnicas que cubren su desnudez, hacen de estas sublimes figuras una de las más inolvidables creaciones de la estatuaria funeraria de todos los tiempos.

 

 

   Victorio Macho invirtió dos años en la realización de dichos sepulcros, que llevó a cabo en su taller del Museo Bolivariano.

 

   En carta a su amigo S. Key-Ayala, fechada en Lima el 26 de diciembre de 1949, le confesaba su intensa compenetración espiritual con el genio de Bolívar a través de esta obra, tan querida para el escultor: “En este Museo Bolivariano de la Magdalena Vieja, siento el íntimo gozo de crear formas bolivarianas, rodeado de tal silencio y recogimiento, que hasta el espíritu del genio caraqueño se me revela, me inspira y me guía…… quién me había de decir allá en España, hace muchos años, cuando nació en mí el culto a Bolívar, que por amor a la libertad habría de venir a este nuevo mundo para entregarme con todas mis fuerzas materiales y espirituales a exaltar a su redentor…..

 

   El sepulcro de los Bolívar fue entregado personalmente por el escultor al gobierno de Venezuela el 13 de Febrero de 1952, días antes de regresar a España, siendo instalado e inaugurado en solemne ceremonia en la capilla de la Santísima Trinidad de la Iglesia Metropolitana de Caracas el 17 de Diciembre de ese mismo año.

 

FUENTE: https://www.flickr.com/photos/fotobrisa/8266304713

 

 

FUENTES:

 

    Texto de

VICTORIO MACHO. Vida, Arte y Obra.

Edita: Excma Diputación Provincial de Palencia

Texto y Maqueta: Jose Carlos Brasas Egido

© Diputación Provincial de Palencia

© del texto: Jose Carlos Brasas Egido

Depósito Legal: P.128-1998

I.S.B.N.: 84-8173-067-X

 

    Fotografías de 

ANGEL MARTINEZ TORIJA

excepto la última fotografía.