EL Rincón de Javier Rojas Asensio – Puentes históricos del río Tajo a su paso por Toledo – PARTE 1 – Puente de Alcántara

Puentes históricos del río Tajo a su paso por Toledo

PRIMERA PARTE

PUENTE DE ALCÁNTARA

Fotografía – Vista de Toledo desde el Parador de Turismo – Javier Rojas Asensio

 

 

  De los puentes que actualmente cruzan el río Tajo a su paso por Toledo y de los que, sin duda, se construirán en un futuro, sólo dos tienen la consideración de históricos, y poseen, además, el reconocimiento de Monumento Nacional desde el 21 de diciembre de 1921. Se trata del puente de Alcántara y del puente de San Martín.

Fotografía – Puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

   “El puente de Alcántara fue construido por los árabes en el siglo IX sobre otro ya existente de origen romano. Durante la dominación musulmana sufrió graves desperfectos a causa de las continuas contiendas bélicas que se desarrollaron en este lugar. Fue mandado derribar por el emir Muhammad I en el año 858 y restaurado en el 997 por orden de Almanzor.

   Una gran riada lo deja prácticamente inutilizado en 1257 y es reconstruido un año después durante el reinado de Alfonso X. De esta fecha proviene su perfil actual, aunque ha sufrido otras reparaciones y modificaciones a lo largo de su historia, como la realizada en 1483 por los Reyes Católicos y de la que da testimonio la inscripción de una lápida y el escudo que se encuentran en la cara interior del primer torreón”.

Fotografías – Puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

Fotografía de Angel Martinez Torija

  

   El torreón opuesto es una obra barroca realizada en 1721 bajo el reinado de Felipe V y que vino a sustituir a otro medieval.

Fotografía – Puerta barroca del puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

Fotografía de Angel Martinez Torija

 

El Puente de Alcántara (continuación)

 

   Su propio nombre, de origen árabe, al-Qantara (el Puente), ya nos indica su importancia, pues no se le da nombre específico, debido a que era el único paso fijo para atravesar el Tajo en toda la zona centro, uniendo vías muy importantes.

 

   Su origen parece remontarse a la época romana, quienes lo construirían para comunicar Emérita Augusta (Mérida) y Caesar Augusta (Zaragoza). En tiempos árabes también uniría estas ciudades con Corduba (Córdoba) por Consabura (Consuegra). Los árabes le reconstruyeron, pues el tiempo, las guerras y las crecidas del río habían provocado destrucciones parciales, dejándonos su estructura tal y como hoy la vemos, con ligeras variantes.

   El puente debió de tener en principio tres arcos u ojos, pero en el año 858, el emir Muhammad I acudió para atajar una de las múltiples revueltas que protagonizaron los toledanos durante la época musulmana. Para poder tomar la ciudad utilizó un ardid: minó el puente en la parte del arco más exterior y simuló que se retiraba. Cuando los defensores de Toledo salieron a ocuparle, hizo estallar la mina y se hundió el viaducto. Después macizó el sector hundido del puente, desapareciendo el tercer ojo, pero abriendo un portillo en arco de herradura con doble intención: que sirviera de aliviadero en caso de crecida de las aguas del río y que permitiera la comunicación entre los dos laterales del puente.

   La estructura del puente es de una gran perfección desde el punto de vista militar: dos torreones de defensa, uno en cada extremo, y además, desde la época de Abd-al-Rahman III, en los años 930-932, una plaza de armas en la zona de entrada, uniendo el paso desde el puente hasta el Al-Hizam por la puerta de Alcántara. Esta plazoleta fortificada tenía cuatro huecos o puertas: la propia del puente; la que vemos hoy día, restaurada en 1961, de Alcántara, con dos torreones adelantados, doble arco de herradura y paso acodado; y otras dos a ambos lados, cerrando los laterales, demolidas en el siglo XIX. A esta estructura había que añadir el Castillo de San Servando que, desde el cerro frontero a la salida del puente, le protege desde el exterior. Tal perfección militar tenía para su época, que no fue conquistado nunca por la fuerza en ningún asedio que la ciudad padeció por este sector.

Plaza de Armas en el puente de Alcántara

 

   El torreón situado junto a la ciudad es obra del siglo XIII; pero sufrirá reparaciones en los siglos XV y XVI por los corregidores Gómez Manrique y Gutiérrez Tello, quienes añadieron las inscripciones, relieves, escudo de los Reyes Católicos  y esculturas de los reyes, que le embellecen. El último de estos corregidores, en 1575 reformó este torreón mandando construir unas habitaciones para el cuerpo de guardia y los portazgueros, con el fin de controlar el paso de mercancías y cobrar los tributos que las gravaban.

 

Fotografías Puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio –  8 de marzo de 2019

 

   También adosó a la puerta de Alcántara unas construcciones para el portazgo del puente  con las que la tapió y ocultó. Sería en 1911 cuando al derribar las casas adosadas se descubrió la existencia de esta puerta, denominada de Alcántara.

 

 

   A partir de 1929 se la comenzó a reparar, obras que finalizaron en 1961, con las que se dio nuevamente paso por este acceso a la ciudad y se dejó al descubierto su belleza.

   Este fue el resultado de la rehabilitación:

 

Fotografías publicadas por Eduardo Sánchez Butragueño – Toledo Olvidado – Año 2011

 

Fotografía – Puerta de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

   El torreón exterior del puente sufrió una completa transformación en el siglo XVIII, levantándose en el lugar que ocupaba una fortificación árabe, que amenazaba ruina, un arco entrada.

   Las obras se realizaron en 1721 a la vez que se urbanizaba el paseo de la Rosa.

Fotografía – Puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

   El arco es del tipo triunfal. Fue construido en ladrillo y piedra, con decoración de guirnaldas de flores y frutos. Lo remata un frontón curvo con adornos de bolas de granito en los laterales y en la parte superior central. Un escudo de la ciudad en relieve y una hornacina con la imagen de la Inmaculada Concepción, le adornan en el exterior e interior, respectivamente.

Fotografía – Puente de Alcántara – Javier Rojas Asensio. 8 de marzo de 2019

 

Curiosidades:

   Por este puente pasó el 2 de mayo de 1539 la comitiva que, presidida por el príncipe Felipe, futuro Felipe II, que tenía a la sazón doce años de edad, llevaba el cadáver de su madre, la emperatriz Isabel, para ser enterrado en Granada.
En 1605 se construyó un toril ante la puerta del puente, en la plaza de armas, en el que encerraron veintiún toros para las corridas que se celebraron con motivo del nacimiento del infante Felipe, que más tarde reinaría con el nombre de Felipe IV.

   Las puertas del puente tenían un régimen de apertura y cierre. El alcaide del mismo y de sus puertas era nombrado por el marqués de Montemayor y tenía, entre otras, la obligación de abrirlas al alba, cuando comenzaba a tañer el campanil del convento cercano de la Concepción y cerrarlas cuando terminaba de tañer la campana del Avemaría de la catedral.
El puente, hasta 1911, perteneció a la casa ducal de Alba, la cual continuaba cobrando el derecho de portazgo; pero como no atendía a las reparaciones precisas, y ante la insistencia del Ayuntamiento para que realizase las necesarias obras de consolidación, el gobierno de la ciudad terminó rescatando su propiedad, pero aquella seguía cobrando el impuesto de paso. Por fin, el 22 de junio de 1911, la Dirección General de Obras Públicas dispuso que la Jefatura de Toledo se incautase del puente, que lo reparó y pavimentó. El impuesto desapareció por sí solo pues los vehículos a motor fueron declarados exentos del pago de estos arbitrios privados y los carreteros y muleros, que eran los que tenían obligación de este pago, desaparecieron.

   Cuando se construyó en la década de los 20 el nuevo puente de Alcántara, se prohibió el tráfico rodado por el antiguo para contribuir a su conservación quedando para uso exclusivo peatonal.

 

 

 

 

Textos: Referencias tomadas de las publicaciones:

  • “Toledo en 59 preguntas” – Ediciones Covarrubias – J. Andrés López-Covarrubias Martín- Caro – Año 2011

  • “Fantasía y Realidad de Toledo” – Editorial Azacanes – Por Ángel Santos Vaquero y Emilio Vaquero Fernández-Prieto – Año 2002

  • “Toledo en la mano” – Sixto Ramón Parro

  • Blog Toledo Olvidado – Eduardo Sánchez Butragueño.

  • Estudio A.I.A. (Arquitectos y Urbanistas – Sánchez de León-Fernández Roldán).

 

 

Fotografías: Tomadas por Javier Rojas Asensio y por Angel Martinez Torija.

 

Artículo realizado por Javier Rojas Asensio

Comentarios

  1. Francisco Javier Rojas Asensio
    Francisco Javier Rojas Asensio 27 septiembre, 2019, 13:56

    Creo que hemos realizado una buena combinación….. Imágenes y trexto. Gracias Ángel.

    Contesta a este comentario

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