El Rincón de Javier Rojas Asensio – El Convento de las Jerónimas y la Iglesia de San Bartolomé

Convento de las Jerónimas de la Visitación:

   El primer Convento de Jerónimas de la Visitación, o de la Reina, estaba situado en la Cuesta de la Reina. Ni de él, ni de su Iglesia, terminada de construir en 1592, hemos podido encontrar ningún resto arquitectónico. Y ello a pesar de la existencia de ambos en 1857, cuando Sixto Ramón Parró nos habla en su magnífico libro “Toledo en la Mano” sobre este convento y su Iglesia en tono de presente.

   Su origen se encuentra en un beaterio sin votos ni clausura fundado por doña Teresa Hernández en 1370. Ésta era una dama de la Reina Doña Juana, esposa de Enrique II, Rey de Castilla entre 1366 y 1379. Posteriormente, se hicieron monjas bajo la regla de San Jerónimo y la advocación de la Visitación de Nuestra Señora. El sobrenombre de “La Reina” lo recibió de las gentes del lugar por las muchas visitas de la Reina Doña Juana. En 1836 y debido a la desamortización de Mendizábal, las monjas tuvieron que abandonar el convento, acogiéndose en el otro convento femenino de la misma Orden en Toledo: el de Jerónimas de San Pablo.

   Diez años después, solicitan y obtienen permiso del Gobierno para volver a su propio convento, encontrándolo muy empobrecido y habiendo perdido la Iglesia todos sus cuadros. En él permanecieron hasta 1877, cuando se trasladaron a un antiguo palacio que había pertenecido a los condes de Montijo y que la Emperatriz de los franceses, Eugenia de Montijo, cede a las monjas. Este edificio y su portada del siglo XVII es el que vemos en la fotografía.

 

 

 

 

   A partir de entonces, se utilizó la Iglesia de San Bartolomé de Sansoles como templo conventual. Posteriormente, las monjas Jerónimas de la Reina abandonarían Toledo por motivos económicos, trasladándose a otro convento de su misma Orden en la provincia de Córdoba.

 

 

Iglesia de San Bartolomé de Sansoles:

   El benefactor de este templo fue don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz -y no conde como acostumbramos a denominarle, ya que sus descendientes no obtuvieron el condado hasta el siglo XVI- inmortalizado por El Greco en el sensacional lienzo de la iglesia de Santo Tomé. El primitivo templo se construyó entre los siglos XII y XIII; se trataba de una edificación de planta basilical, con una sola nave rematada en un ábside. De esta época primitiva se conservan la torre, los pilares de la zona final de la nave del Evangelio (siglo XII) y el ábside mudéjar, del siglo XIII. Posteriormente, el templo sufrirá diversas modificaciones, destacando la llevada a cabo por Jorge Manuel Theotocopuli en la capilla de Santa Catalina.

 

 

 

FUENTES:

TEXTO: Francisco Javier Rojas Asensio

FOTOGRAFIAS: Angel Martinez Torija

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